samedi 26 juillet 2014

Los Herederos del Reino


Un domingo cualquiera llegó a la puerta de nuestra casa una señora de rostro tostado, silueta protuberante, sonrisa amplia y bajo una floreada sombrilla; alivio plástico del templado sol caribe. En sus manos una copia de la Biblia, otra de Mi Libro de Historias Bíblicas; con su pasta amarilla dura y grabado escarlata, unas copias de la Atalaya, Despertad!, y, finalmente, un libro rojo que anunciaba en nítida letra imprenta dorada: Usted puede vivir para siempre en el paraíso de la tierra. En su interior, coloridas ilustraciones de una tierra multiracial, sonriente, pacífica, con felinos siendo acariciados como si fueran peluches, gacelas, aves, aguas cristalinas, árboles frondosos; todo verde, todo florecido; ¡el paraíso terrenal! No habrán más guerras ni enfermedades, el león ya no se comerá a la gacela, no habrá más muerte y todos seremos eternamente felices; anunciaba la visitante en tono convencido. Yo ojeaba el libro, y al tiempo que escuchaba el discurso, no podía evitar hacerme una pregunta sencilla; y por tanto, quizá tonta a los ojos de aquella mujer afable, ¿qué va a comer el león sino caza a la gacela? Digerí la pregunta en silencio, y dejé que la señora terminara su discurso. Me regaló copias de sus revistas y me invitó a que siguiera unos cursos de lectura bíblica. Al final, prometió volver el domingo siguiente y yo me quedé con la pregunta dando vueltas en la cabeza.

Tomado de: http://etnuniles.blogspot.be/2012/02/tiene-una-visita.html

Se estima que la vida en la tierra se originó hace 3.500 millones de años y que, desde ese entonces, casi el 99% de las 4.000 millones de especies que ha habitado el planeta se ha extinguido. Los registros fósiles indican que, a lo largo de las diferentes eras geológicas, se han presentado cinco extinciones masivas que han cambiado la dinámica de los ecosistemas terrestres. La extinción que más resonancia tiene en nuestro imaginario colectivo es la que acabó con los colosales dinosaurios; pero, ha de decirse, que ésta no ha sido la más devastadora. El nefasto primer lugar en las extinciones masivas se lo lleva la Extinción Pérmica que arrasó con el 96% de los seres vivos.

Recientemente, ha crecido la inquietud en la comunidad científica por saber si estamos en medio de una sexta extinción masiva. La era geológica en que vivimos ha sido denominada Antropoceno; es decir, la era del hombre nuevo, en consideración a la profunda huella que está dejando el conjunto de actividades humanas sobre el planeta: ¡somos 7.000 millones de seres humanos!

El Antropoceno es la era que nos ha visto pasar de las cavernas de Lascaux a los cráteres de la luna, desde la adoración contemplativa de las estrellas al reconocimiento de que éstas también nacen, se desarrollan y mueren y también pasar de ser modestos, inteligentes y ágiles cazadores - recolectores a masivos depredadores insaciables de casi todo lo que nos sea digerible: plantas y animales por igual, o que pueda generarnos algún tipo de riqueza material.

Si bien los científicos no se ponen de acuerdo respecto a que estemos atravesando un nuevo período de extinción masiva, comparable a los cinco que ya la tierra ha visto pasar, todos los datos indican que nuestras actividades como especie sí están detrás de la acelerada velocidad de desaparición de seres vivos que se está presentando.

En el caso de la fauna, se calcula que de los 5 a 9 millones de especies animales que comparten el planeta con nosotros, entre 11.000 y 58.000 de ellas desaparecen anualmente. Por muy oscura que parezca esta situación, la realidad es que es sólo la punta del iceberg; pues, además del silencio eterno al que han sido forzadas millones de especies animales, hay que sumar la drástica reducción en sus poblaciones. El conjunto de estos fenómenos se llama defaunación. La defaunación es un concepto análogo a la deforestación y cuyo impacto sobre el equilibrio de los ecosistemas y las sociedades no es menos importante que el del calentamiento global.

Por un lado, están los efectos nocivos de la defaunación sobre el funcionamiento de los ecosistemas. Así, la constante reducción en las poblaciones de insectos polinizadores como abejas y mariposas es preocupante ya que en sus patas, alas y antenas, estos insectos transportan el material genético del 75 % del total de todos los cultivos de la tierra. Un ejemplo dramático es el de las mariposas monarca cuyos millonarios enjambres viajan más de 2.000 km entre Canadá y México; donde cubren inmensas hectáreas de bosque como sitio de hibernación. En 2013, se reportó un descenso del 44% en el área cubierta por las monarcas; registro más bajo desde que se empezó a hacerles seguimiento en 1993. A causa de esta tendencia, las mariposas monarca están en la lista roja de especies amenazadas y se ha ahondado la preocupación de las comunidades indígenas que viven cerca a su hábitat tanto por su valor simbólico como por su contribución a la polinización de cultivos como el maíz; sustento de estas comunidades. Un caso similar se vive en Europa, donde la disminución en las poblaciones de abejas ha causado profunda preocupación. Se le atribuye a Einstein la frase: "Si las abejas desaparecen de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarán cuatro años de vida. Sin abejas no hay polinización, no más plantas, no más animales, no más humanos."


Por otra parte, la reducción en las poblaciones de pequeños vertebrados como aves y, los no bien amados, murciélagos ha representado un incremento en las poblaciones de insectos y otros seres considerados como alimañas o pestes que arrasan cultivos y pueden, incluso, llevar a hambrunas. En China, por ejemplo, las autoridades han venido usando, desde el año 2000, ejércitos de miles de patos para combatir plagas de millones de langostas cuya voracidad bíblica es una amenaza real para la agricultura del país. La plaga de langostas se origina después de los largos períodos de sequía en lugares del norte de China donde es manifiesta la pobreza, la guerra y el desplazamiento de la población nativa. Nada más cierto que aquello de: ¡Cuándo el gato no está en casa, los ratones más que fiestas hacen orgías!

Otras consecuencias no menos importantes de la defaunación son: (i) perturbaciones en los ciclos de descomposición de materia orgánica y en la recuperación de nutrientes de la cadena alimenticia; (ii) deterioro de la calidad del agua. Esta última está muy ligada a la anterior, pues, por ejemplo, el aumento en las poblaciones de algas; consumidoras de oxígeno disuelto en lagunas, ciénagas y estuarios, ha llevado, como bien los saben los pescadores de la Ciénaga Grande de Santa Marta, a desoladoras mortandades de peces que no sólo afectan el medio de vida de los pescadores sino que nos hacen reconsiderar aquello de ser "uno de los países más felices del mundo". Para cerrar el lúgubre ciclo, las aguas de las ciénagas se convierten en focos de infección y hábitat por excelencia de organismos transmisores de enfermedades. La defaunación toca así todas las fibras vivas de nuestro planeta; incluidas las del tejido social de nuestros pueblos.

Los cambios enumerados arriba también afectan la evolución misma de los ecosistemas. Al perderse el equilibrio de un ecosistema, es seguro que se establecerá uno nuevo sobre la base de la desaparición de numerosas especies que habían sabido cohabitar durante millones de años. Australia es, tristemente, un laboratorio biológico que ha demostrado cómo la introducción de animales "pacíficos", como: conejos, ratas, cerdos, ardillas, ranas, sapos y otros, han causado una alteración profunda de los patrones evolutivos de la isla-continente debido tanto a la extinción de numerosas especies de la fauna y flora locales así como a la reducción de sus hábitats.

Nuestro planeta es un sistema geológicamente vivo como millones de otros planetas en el universo, pero, hasta ahora, no hemos obtenido la primera señal de existencia de vida en otro punto del universo. Fenómenos como la defaunación hacen parte de la cadena de cambios que nuestras actividades cotidianas han causado en las fibras de la vida del planeta. Para la época en que aquella Señora me invitaba a coger los Caminos del Señor; tal y como ella los pintaba, era fácil comprarle meros y pargos de generosas proporciones a la indias wayuu en La Guajira. Era fácil oír el cascabeleo alado de las tortolitas en el solar baldío al lado de la casa; no era necesario asfixiar la casa con humo de diesel para desterrar a los mosquitos de la casa. Era fácil irse al manglar del río Ranchería a jugar al escondido y quedarse embelesado con los cantos de las parguaratas y los cardenales. Con la tendencia suicida que llevan nuestras civilizaciones, ya no sólo me pregunto: ¿qué va a comer el león en el paraíso?, sino: ¿hasta cuándo resisitirá nuestro paraíso?, ¿quiénes serán los herederos del reino?

twitter: @vigabalme

Referencias

1. Rodolfo Dirzo et al. Defaunation in the Anthropocene, Science 345 (2014) 401-406
2. Anthony D. Barnosky et al. Has the Earth's Sixth Mass Extinction Already Arrived?, Nature 471 (2011)  51–57






mercredi 16 juillet 2014

nanoCiencia III

Episodio III: Chispas de Vida

Un nuevo bostezo, un estómago que gruñe, otro bostezo y, bueno, ya sé que tengo hambre. ¡Comida, comida! vocifera el cerebro y me encamino hacia la nevera para ver qué ingredientes hay para preparar la cena. Además de los tomates, la berenjena cortada por la mitad y otras hojas dignas de una dieta de grillo, encuentro un tarro plástico con los restos del almuerzo del día anterior. Son unas lentejas y, para ser honesto, luego de calentarlas, encuentro que su sabor se ha acentuado y adquirido un color más intenso; tan intenso, que ahora al tiempo que escribo estas líneas empiezo a salivar. Comer, comer y saciar el estómago: Bueno, eso es lo que nuestro cerebro nos hace creer.

En realidad, el acto de comer comprende dos eventos esenciales: (1) la digestión y asimilación de nutrientes por parte de nuestro organismo, y (2) el estímulo de ciertos centros de placer en nuestro cerebro que nos llenan la barriga de plácida satisfacción. En esta ocasión, vamos a centrarnos en ciertos aspectos del evento número 1; especialmente, desde un punto de vista subatómico.

La mayoría de los miles de millones de habitantes de este planeta sabe que las apetitosas lentejas de las que hablé antes y que tanto placer produjeron a mi paladar están hechas de moléculas que a su vez están hechas de átomos. Esto es cierto para todo tipo de alimentos; ya sean biológicamente producidos o hechos a punta de mezclas de compuestos sintéticos venidos de un reactor industrial operando en serie. A un nivel más profundo, los átomos que forman los alimentos están constituidos por un núcleo alrededor del cual orbitan, de manera muy particular hay que decirlo, un cierto número de partículas subatómicas llamadas electrones cuya carga eléctrica es negativa y cuya masa es tan pequeña que para los estándares de nuestro mundo comercial es cero. Pero, no se apresuren a sacar conclusiones sobre la importancia de los mini-mini-mini-minúsculos electrones en nuestra vida diaria en comparación con esa nutricionalmente imprudente bandeja paisa y jarra de agua panela (o jugo de frutas o naranyá o frutiño) del almuerzo, porque, de hecho, los ingredientes esenciales de ese grasoso pero sabroso chicharrón son una mezcla de moléculas que nuestro organismo digerirá y transformará en la energía necesaria para seguir funcionando. Y, justo en el centro de todas esas transformaciones energéticas están los subatómicos electrones. Los electrones determinan todo proceso químico que ocurre en nuestro universo. En un sentido un tanto filosófico: la esencia de la vida misma es un flujo de electrones circulando de un ente a otro. Esta última aseveración no debe tomarse a la ligera, porque, lo cierto es que recientes reportes científicos demuestran la existencia de bacterias que, literalmente, se alimentan de electrones.

En el siguiente video publicado por la revista New Scientist en youtube, se puede observar como un grupo de bacterias forma una especie de cable biológico, biocable, conductor de electrones y a través del cual las bacterias pueden conectarse a una fuente de oxígeno; elemento del cual obtienen los electrones de los que se nutren:


Un aspecto interesante del hallazgo es que este tipo de bacterias es muy común en nuestro planeta. Se ha reportado que las bacterias eléctricas están presentes en, por ejemplo, fondos marinos fangosos en los cuales no se encuentra oxígeno disuelto, pero al cual ellas pueden acceder formando biocables de varios centímetros de longitud. Un centímetro para una bacteria es todo un continente, dada la talla micrométrica* de estos seres. Por otro lado, se ha determinado que estos biocables tienen propiedades conductoras similares a las de un cable normal; como, por ejemplo, los que sirven para conectar el computador en el que ustedes están leyendo este nuevo rebuzno. Pero, quizá el aspecto más excitante de este hallazgo es que provee una perspectiva nueva sobre la chispa de la vida. La idea que la electricidad, un flujo de electrones, puede devolver la vida a un difunto fue eternizada en nuestro imaginario gracias a la novela Frankenstein de Mary Shelley. En el caso de las bacterias eléctricas esto es completamente cierto pues su dieta electrónica les da chispa a su vida.

...¡Hora de cenar!

@vigabalme

*Una micra = una millonésima de metro.

Referencias

http://www.newscientist.com/article/dn25894-meet-the-electric-life-forms-that-live-on-pure-energy.html?page=2#.U8a3PvmSwRo

http://www.newscientist.com/article/mg22329781.600-spark-of-life-revisited-thanks-to-electric-bacteria.html#.U8a7G_mSwRo









lundi 14 juillet 2014

F.I.F.A.: Federación Internacional de Fútbol Amangualado

Amangualarse: Dicho de dos o más personas: Ponerse de acuerdo para un fin, con frecuencia ilícito (rae.es).

Se terminó el mejor Mundial de la historia con un merecido triunfo de la Mannschaft teutona en el Maracaná. Las emociones de Brasil 2014 fueron muchas y el fútbol exhibido por la mayoría de los 32 clasificados al torneo espléndido. Para Colombia, quien no asistía a un Mundial desde hace 16 años, Brasil 2014 fue histórico. La Selección avanzó a cuartos de final por primera vez y ocupó el quinto lugar del torneo, y, por otro lado, James Rodríguez se alzó con el título de goleador. En adición, la FIFA decidió otorgarle al combinado colombiano el trofeo "FIFA Fair Play". Fair Play = Juego Limpio. Un bonito trofeo que exhibe una estilizada figura humanoide de extremidades súper alargadas y que porta un balón en uno de sus muslos. Es un simpático símbolo del ideal deportivo del fútbol. Pero, resulta ser irónico que entre todos los involucrados en el Mundial, sea el máximo e omnipotente rector del fútbol quien entregue un trofeo que ellos mismos están lejos de representar.


Imagen tomada de: http://www.fifa.com/worldcup/awards/fifa-fair-play-award/index.html

La FIFA; que bien podría denominarse Federación Internacional de Fútbol Amangualado (F.I.F.A.) en vez de Federación Internacional de Fútbol Asociado (tamaño de letra achicado de manera intencional), se ha convertido en un némesis del fútbol moderno e incluso ha trascendido las barreras políticas y económicas para mutar en una gran corporación "sin ánimo de lucro" que tiene en "reserva" más de 1000 millones de dolares en bancos suizos.

La misma F.I.F.A., que promueve el "Juego Limpio", tiene completa autonomía para designar la nómina arbitral de cada partido. Los ejemplos en los cuales decisiones arbitrales amañadas deciden el resultado de partidos clave abundan. A pesar de atentar contra el espíritu deportivo mismo, el mal arbitraje es completamente legal e irreversible. De nada vale que los ojos de (bi)millones de espectadores sean testigos indignados de la manera descarada en que muchos árbitros F.I.F.A. se convierten en el décimo segundo, décimo tercero y y hasta décimo cuarto jugador del equipo favorito de los rectores del fútbol para vencer aquel día. Al final, lo cierto es que no existe derecho alguno a réplica en un partido de fútbol concluido. La impunidad del arbitraje ilegal es flagrante. Esta aberración deportiva ha originado una cultura de la ilegalidad en los jugadores mismos; quienes, en muchos casos y sin ninguna contemplación cometen faltas, vuelan por los aires sin haberlos tocado y arman sin ningún pudor tragicomedias para impresionar al árbitro y ganarse el penal que pueda resolverles el problema de eliminar a un rival al cual no han podido imponerse por la vía deportiva. Esta filosofía F.I.F.A. del Juego Limpio prospera y les ha servido para llevar de la mano a equipos hasta rondas definitivas del Mundial (ejemplo más flagrante: Corea del Sur en 2002) para maximizar sus ganancias económicas.

Las ganancias F.I.F.A. son multimillonarias y totalmente libres de fiscalización e impuestos. En un Mundial, el dinero generado se reparte así: todas las ganancias directas del evento se las lleva la F.I.F.A. para su "reserva" suiza. Entre ellas, las más jugosas son los derechos de las transmisiones televisivas y la publicidad. En este último caso, los contratos de exclusividad de los patrocinadores oficiales: Adidas, Coca-Cola, Budweiser, Castrol, McDonald's, Fly Emirates (no es coincidencia la fila de hermosas asistentes de vuelo detrás de la foto de la Selección Tetracampeona ayer), entre otros, generan ríos de dinero*. Estos contratos son tan importantes para la F.I.F.A. que el organismo llegó a forzar al gobierno brasileño a pasar una ley que permitiera a los asistentes a los estadios consumir Budweiser durante los partidos. Este tipo de acciones han llevado a muchos expertos a considerar a la F.I.F.A. como un sólido estandarte y promotor de la economía de la mano invisible y omnipotente del mercado; en jerga de economistas: neoliberalismo.

Por otro lado, el país organizador del Mundial; el cual, hay que decirlo, nadie fuerza a meterse en la aventura mundialista, tiene cero derecho a las ganancias directas arriba mencionadas, pero sí debe invertir sin mesura en estadios e infraestructura. Por supuesto, las naciones; en especial las que están "en vías de desarrollo", suelen acudir a recortes en inversión social para poder cumplir con las promesas que le hacen a la F.I.F.A. durante sus candidaturas. En un país como Brasil, por ejemplo, ésto ha desembocado en multitudinarias manifestaciones que, tristemente, acaban de manera violenta y en violaciones de los derechos humanos y asesinatos.

Como la sede de un Mundial debe lucir como una tacita de plata durante el evento, gobiernos como el de Sudáfrica y Brasil han limpiado los alrededores de los escenarios mundialistas mediante agresivos programas de re-ubicación de la población más pobre de ciudades como Johannesburgo y Río de Janeiro. La tacita de plata seguro volverá a ensuciarse con las huellas de la violencia generada por tales medidas que perpetúan un modelo de iniquidad social. Así y todo, mientras la "reserva" de la F.I.F.A. sigue creciendo, el reguero social, político y económico que dejan detrás lo deben pagar los que ponen la música, los adornos y la casa para la fiesta.

Bajo la luz de todos estos hechos, y otros a los que no me referiré, la F.I.F.A. es entonces un ente perjudicial no sólo para el fútbol que tanto nos hace emocionar, sino para el balance social, económico e incluso político de nuestra aldea global. La Selección Colombia recibe entonces el título al Juego Limpio de una entidad que sabe mucho, menos el significado de este título.

*http://www.forbes.com/sites/chrissmith/2014/06/12/the-biggest-sponsors-of-brazils-2014-world-cup/

@vigabalme

jeudi 3 juillet 2014

Recuerdos mundialistas: una página del 2010

Me dio rabia y frustración. Pero qué se le puede hacer. Quien no los hace los ve hacer. En el último minuto, a un tiro de doce pasos de dar un salto histórico, Asamoah Gyan, goleador de la selección Ghanesa flaqueó y su vida cambiará para siempre. Estoy seguro que ello no se resume a dos meses de pesadillas. No, este jugador del deporte más parecido a la vida que hay; y quizá por tanto más alejado de los ideales deportivos auténticos, nunca olvidará cómo falló ese tiro penal, con lo que abrió la puerta a Uruguay a la semifinal de la copa del mundo. Es probable que lo supere, si hace uso de esa fuerza enorme que podemos llegar a adquirir los seres humanos, pero aún entonces su vida se ha dividido en dos. En contraste, Suárez el atacante Uruguayo convertido en arquero de último segundo pasó de las lágrimas de amargura a lágrimas de júbilo. 

Muchos podrán decir que ésta es una de las cosas por las cuales detestan el fútbol, y la razón de la justicia de seguro los cobija. El fútbol no es acerca de justicia perfecta  y es ahí dónde mejor sirve de espejo de la realidad de la condición humana. Hay unas reglas que buscan favorecer la justa competencia, pero de manera paralela a la sociedad, tales leyes no son perfectas y  en consecuencia están sujetas a ser utilizadas para lo que podríamos llamar "malos propósitos" o "injusticia". A veces, como este caso el equipo más "vivo" o "marrullero" (recordar también el cabezazo de Zidane a Materazzi en el juego final de la pasada edición de la copa del mundo) es el que avanza y deja atrás al que todos percibían como justo vencedor. Los "villanos" pueden triunfar a pesar de nuestra indignación.

Muchos estarán de acuerdo que siempre el equipo que debe ganar es aquel que juega más bonito, se sacrifica en la cancha, deja hasta la última gota de sudor por la victoria. Sin embargo, cuando tal sacrificio no está acompañado de la eficicia para concretar las opciones de gol, entonces puede suceder, como lo es a menudo, que el rival anota y vence sin hacer tanto esfuerzo; ahí, el fútbol es cruel como la vida misma, pues muestra que lo que importa es la eficacia y no lo ideal (recuerdo, una vez más, Ghana - Uruguay por citar el más reciente ejemplo entre cientos de ellos). Incluso, en otras ocasiones, la justicia en el fútbol se oscurece por el metafísico concepto de la mala suerte. No debatiré yo la existencia o no de la suerte, pero sí es claro que en algunos partidos,  hasta los equipos más eficaces se ven frustrados porque en el último giro del balón éste termina estrellado contra un poste o se pasea de manera inexplicable frente a línea de meta sin entrar en la portería. Sí, ¡qué cruel es este juego de pelota!

Pero también hay juegos donde prima el equipo que más se esfuerza por ganar, que no para de luchar hasta el último minuto y consigue triunfar a pesar de la adversidad. Son aquellos partidos dramáticos, en los que al final una gran sonrisa inunda el alma de los espectadores, de los tocadores de vuvuzelas, de los hacedores de la ola, de los que gritan frente a un televisor. Y a veces, a pesar de que el resultado nos duela, porque nuestra selección se ve apabullada por un rival que ese día fue, a veces contra todo pronóstico muy superior, terminamos aplaudiendo al rival y con nobleza aceptando la derrota con un abrazo entre seres humanos (ejemplo,Colombia 5 - Argentina 0). Y cuando ésto sucede, el fútbol se aproxima a la vida ideal que todos soñamos, a la vida que todos anhelamos alcanzar. Pero no hay que olvidar el gran sacrificio que ello implica. Lo cierto es que una de las verdades más difíciles de comprender  es que lo más bonito y lo bueno de ella no se obtiene de manera gratuita. Que hay que luchar para alcanzarlo y tener entereza para no dejar que un corazón roto nos paralize y dejemos de avanzar.

El fútbol es el juego de los relativos, donde unas veces se gana contundentemente, otras se puede perder de manera lamentable, otras se puede ganar porque la suerte te sonríe y otras se pierde porque la suerte no te acompaña. Lo importante, como en la vida misma, es que se aprenda a levantarse del suelo, a entender que la vida no es perfecta, que la felicidad no es un sendero de sonrisas, sino uno en el que se tenga la capacidad de guardar la esperanza y construir caminos para salir siempre adelante sin dejarse caer en la amargura ni el resentimiento. Hasta que nuestra llama se extinga sobre este mundo, siempre deber haber espacio para soñar y, si sabemos combinar eso con algo de eficacia, salir adelante y lograr muchos de nuestros propósitos. No siempre se ganará, pero vale la pena jugar con todo el ánimo hasta el último segundo.

En twitter: @vigabalme